CAMINAR EN EL NORTE DE INDIA

En septiembre del año 2007 fui a India para disfrutar de la cultura, el país y la vida allá.

Estuve solo y me quedé para seis meses.

Lo que me interesaba bastante era el norte, lleno de montañas y picos, un paraíso para caminar.

Pero antes llegué a la capital Dehli, una ciudad de 14 millones de personas, muchisímo tráfico, la gente estresada y pobre.

Me volví loco y rápido viajé al norte, a la provincia de “Kashmir”.

¡Vale!, rápido no, porque el viaje en autobús duró 20 horas. Al final valió la pena porque “Kashmir” es un lugar precioso, que me gustó mucho. Pero también es peligroso porque tiene frontera con Pakistán y por eso, es una zona de conflictos por la guerra, que casi nunca se para allá. Un día el ejército no me dejó conseguir mi viaje más al oeste y me puso en la cárcel, lo cual no me gustó!!! Decidí irme más al este, donde los asuntos políticos eran corruptos también, pero por lo menos más tranquilo y me dejaron hacer mis pasos.

En la ciudad de Leh, en un restaurante, encontré unos chicos de Escocia que estaban hablando de una subida al “Stok Kangri”. Tomé parte de la conversación y al día siguiente estábamos todos juntos con un jeep en Stok, un pueblo pequeño donde empieza el camino al pico del “Stok Kangri.”

Tuvimos mucha suerte con el tiempo y así hicimos todo en poco tiempo y ya empezó la caminata. Los primeros dos días salieron bien, pero luego, en el tercer día, perdimos la coordinación porque nadie pensó en traer un mapa, y en la noche, unos animales nos robaron la comida.

A lo mejor eran lobos porque los locales ya nos dijeron que los hay. En el tercer día estuvimos caminando sin haber comido nada, cuando encontramos dos chicos, que nos acompañaron sin hablar. Nos llevaron a sus campamentos porque eran los hijos de unos nómadas de allá. Los nómadas nos dieron carne de yak, casi cruda, para comer y té de mantequilla para beber y así seguimos con la aventura. El cuarto día llegamos al campamento base con una altitud de 5200 metros y todos estábamos débiles por el esfuerzo, porque no estábamos acostumbrados y por eso tuvimos necesidad de un día entero de descanso. Pero al final llegamos al pico, que está a 6150 metros de altitud. Me costó un montón de energía y nunca en mi vida me había sentido tan cansado.

Pero la recompensa fue una vista enorme del K2 y de muchos más picos del Himalaya.

El “Stok Kangri” fue la montaña más alta de mi vida, entonce es un pico que puedo recomendar a todos los que aman las montañas.