Viaje al Oriente
Sugerencia para escuchar mientras se lee, Anatolia Cafe
http://www.youtube.com/watch?v=oF9wOKi4ZSM
Sobre el Mediterráneo, 20/10/11
Salgo de la Terminal 4 de Barajas en Madrid, cansado y llevando las marcas de los últimos días, camino de Estambul. El avión se sacude frágil al cruzar Europa de oeste a este; desde mi ventana veo el Mediterráneo y su azul brillante, 2.900 kilometros separan estas dos ciudades tan distintas forjadas en el oro y la guerra, y incluso las separan el lenguaje, la fe y la historia .
La hermosa Bizancio, de minaretes lanzados hacia los cielos, siempre estuvo en mi imaginación, la gran puerta de Asia, una encrucijada de mares, encuentro de civilizaciones. También yo nací en la confluencia civilizatoria de diversos pueblos, también he nacido en un puerto en los confines de una tierra extraña, ruta de navios, mercancías y esclavos.
Trato de dormir y no puedo. Pasan las horas y miro abajo a Italia y Cerdeña, después Grecia, con sus montañas, sus islas de origen volcánico y suelo árido. Otro viaje pronto, creo, mientras se desvanece la distancia del mar Egeo y poco a poco veo el gran sítio en el que se asienta la ciudad más grande de Turquía.
Desde el aeropuerto tengo la primera impresión real del país; el idioma completamente extraño a Occidente, a pesar del alfabeto latino, me desconcierta.
Sugerencia para escuchar mientras se lee, Anatolia Cafe
http://www.youtube.com/watch?v=oF9wOKi4ZSM
Sobre el Mediterráneo, 20/10/11
Salgo de la Terminal 4 de Barajas en Madrid, cansado y llevando las marcas de los últimos días, camino de Estambul. El avión se sacude frágil al cruzar Europa de oeste a este; desde mi ventana veo el Mediterráneo y su azul brillante, 2.900 kilometros separan estas dos ciudades tan distintas forjadas en el oro y la guerra, y incluso las separan el lenguaje, la fe y la historia .
La hermosa Bizancio, de minaretes lanzados hacia los cielos, siempre estuvo en mi imaginación, la gran puerta de Asia, una encrucijada de mares, encuentro de civilizaciones. También yo nací en la confluencia civilizatoria de diversos pueblos, también he nacido en un puerto en los confines de una tierra extraña, ruta de navios, mercancías y esclavos.
Trato de dormir y no puedo. Pasan las horas y miro abajo a Italia y Cerdeña, después Grecia, con sus montañas, sus islas de origen volcánico y suelo árido. Otro viaje pronto, creo, mientras se desvanece la distancia del mar Egeo y poco a poco veo el gran sítio en el que se asienta la ciudad más grande de Turquía.
Desde el aeropuerto tengo la primera impresión real del país; el idioma completamente extraño a Occidente, a pesar del alfabeto latino, me desconcierta.
Paro para preguntar en Inglés a una azafata cómo llegar al albergue en el centro de la ciudad y ella responde con un acento indescifrable, apuntando la estación correcta. Se abre un enorme mapa y luego veo qué grande es esta metrópoli de casi 20 millones de personas.
Por donde paso hay fotos y pinturas de Mustafá Kemal Ataturk.
Este nombre marcará el viaje por los días siguientes, el que es considerado el líder fundador del país después del fin del imperio Otomano, un guerrero, político y reformador llamado padre de los turcos...su cara está en todos los edificios y plazas, monumentos, mirando en busca de algún lugar perdido en el horizonte.
Por donde paso hay fotos y pinturas de Mustafá Kemal Ataturk.
Este nombre marcará el viaje por los días siguientes, el que es considerado el líder fundador del país después del fin del imperio Otomano, un guerrero, político y reformador llamado padre de los turcos...su cara está en todos los edificios y plazas, monumentos, mirando en busca de algún lugar perdido en el horizonte.
Flaubert dijo más de un siglo y medio atrás, que esta sería la capital del mundo 100 años adelantado a su tiempo. Calculó mal el padre de Madame Bovary, pero nadie podía decir que estaba equivocado; el propio Napoleón dijo que si hubiese un solo estado gobernando el globo, Estambul sería su centro...delirios de grandeza de los emperadores siempre han sido parte del alma de la ciudad que separa Asia y Europa, y por todo esto es un lugar tan lleno de vida, historia y misterios, ideal para caminar y perderse, también para sentarse, tomar un poco de té, que se ofrece donde quiera que te encuentres, o hacer una pausa para reflexionar en uno de los muchos cafés en el centro de la ciudad, mirando a los hombres vestidos con túnicas bebiendo y jugando al ajedrez, consumiendo tabaco en narguilés de muchos colores, o las mujeres más conservadoras cubiertas por velos, lo cual es raro allá.
Puente de ida y vuelta de las diferentes culturas, su memoria almacena casi todo; la capital de Tracia en el periodo griego, la segunda ciudad del Imperio Romano, corazón del Imperio Otomano y la fascinante metrópolis de siglo. XXI; después de haber viajado tanto y por tantas ciudades en Europa, me atrevo a decir que su aspecto final es muy parecido, con los ríos, museos e iglesias, plazas con monumentos ecuestres, palacios... pero Estambul no. Todo aquí es de una increíble heterogeneidad, desde los Intrincados mosaicos de la Iglesia de San Salvador de Chora y la majestuosidad del palacio otomano de Topkapi, que evoca el misterio de las cúpulas de la mezquita de Sultanahmet, el caos laberíntico del Gran bazar, con sus más de 4.000 tiendas que venden todo, hasta el distrito occidental del paseo marítimo de Beyoglu, esta es una ciudad única e indescifrable.
Camino por las calles y sopla un viento frío de este otoño; al igual que muchos extranjeros la idea que tenía era el desierto, el calor y el exotismo en Turquía, los estereotipos occidentales sobre el Islam, este estereotipo que a menudo se sorprende y confirma (como un viaje a Marruecos), pero que no se aplica a la sociedad secular donde las mujeres tienen el derecho de voto y la igualdad, la religión no ofende al Estado a pesar de las tensiones, y el alcohol no está prohibido.
El escritor Ohran Pamuk, el Premio Nobel, cuenta que cuando niño en una ocasión él y su hermano enfermaron de tos. Cuando el médico fue a verlos, recomendó que cada dia los llevaran a dar una vuelta por las orillas del Bósforo, para que respiraran aire fresco. Así fue, dice, como el sentido original de la palabra Bósforo, lo que significa la garganta en turco, se unió en su mente la idea de salir y tomar el aire. Sentado en el bar de mi albergue y mirando las bella cúpulas doradas y los minaretes de Santa Sofía me acuerdo de esta parte del libro "Las ciudades y los recuerdos" que leí antes de viajar. Era el final de tarde y se iluminó el horizonte de una manera única, sus formas surrealistas ante mis ojos impresionados ...sus minaretes majestuosos alcanzaban a los cielos en un signo de fe, su belleza resplandeciente de oro, 1.400 años de historia y grandeza delante de mí. Pienso en los primeros días del cristianismo, las primeras luchas, en persecuciones, en Constantino, y pienso en este período de decadencia del imperio de Occidente; la historia se cuenta con la visión del presente, y sin embargo, imagino que estos hombres y mujeres del pasado nunca imaginaron que vivian el estertor de su civilización y de su época, que todo había terminado y otra vez empezaba. Santa Sofía es el símbolo de su tiempo.
Sí, bueno, que no volvería a ver el Bósforo, y más allá de esta gran ciudad de los tres nombres gloriosos? Estambul, Constantinopla, Bizancio, Capital Europea de la Cultura en 2010, y si preguntas a cualquier persona en Turquía, capital de la cultura del mundo, ellos que son nacionalistas hasta la médula.
Bajamos por las colinas de Sultanahmet hacia el Eminonu, punto nelvrálgico de la vieja ciudad, y allí, a orillas del Cuerno de Oro convergen el puente de Galata, la Mezquita Nueva, Bazar de las Especias, la estación del legendario Orient Express, y el sistema de Ferry Boat que une las partes europeas y asiáticas más allá del Bósforo, a la entrada del Mar Negro. Es la Time Square de Estambul o en Londres Picadilly Circus, la Ciudad Baja de Salvador, por el encuentro de las diversas conexiones urbanas y la gente de diferentes partes de la ciudad, la región más tradicional y más auténtica; me siento en una de varias tiendas cerca y como un Balik Ekmeli hecho en los barcos luminosos de las orillas del agua, una especie de sándwich de pescado fresco con verduras hecho a la plancha, al tiempo que bebo un jugo de granadas, que aquí es más famoso que cualquier otra cosa.
En el otro lado miro el puente de Gálata, la gente pesca tranquila mientras los ruido y movimientos de la metrópoli, ajenos al tiempo.
Al final del día, me detuve frente a una vieja casa de madera, tan comun en Estambul, llamada Yalls. Miro otra vez los símbolos de la bandera roja y blanca, con su luna y la estrella en el centro.
Recuerdo que el cielo de mi ciudad en Bahía por la noche es una luna creciente, exactamente lo mismo, y entonces me acuerdo de otras lunas, estrellas y canciones ... hacen meses que estoy fuera de mi casa.
Hugo Canuto.
hola hugo..
ResponderEliminartu viaje ha sido indudablemente maravilloso, lo entiendo por las fotos, pero sobre todo por la pasión y el maravilla con que hablas de los muchos sitios que has visto. ir en Turquia y en particular en Estambul es un sueño para mi... pero en mi vida no he logrado nunca a organizar esto viaje con mis amigos..
en realidad mi sueño es viajar en todos los sitios posibles.. pero no solo por veer las ciudades y volver yo quiero vivir las diferentes culturas de los otros paises..vivir en cada sitio para uno, dos meses y aprender como se vive y como se piensa en otras culturas.. pero por hacer esto necesito de muchisimo dinero que ahora no tengo, y para esto momento esto es solo un sueño, espero que en futuro tendré la posibilidad de realizar este mi sueño que empezè con la mi esperencia aqui en San Sebastian y no sé cómo continuará..
francesca flammini
Estoy de acuerdo con Francesca..Tu pusiste un increible pasion en lo que has visto!
ResponderEliminarAntes Instambul no era una ciudad que yo pensaba de visitar ahora creo que si vale la pena.Creo que vivir un erasmus te aumenta la gana de viajar y de descubrir otras culturas.ahora mismo espero de ir a Berlin para la noche vieja..e despues seguir a visitar muchas ciudad europeas que no he visto nunca.Sin embargo el año siguiente esperame en Brazil Hugo!!
Hola Hugo..ahora entiendo porque siempre tu llevas el libro de arquitectura contigo y hablas siempre de los viajes que hizo o que te gustarìa hacer! Tienes una grande pasiòn sobre lo que haces y lo se percibe desde lo que escribes, en mas creo que, como has dicho Francesca este es la mejor entrada del blog hasta ahora..sin duda.
ResponderEliminarCreo que ahora..echarè un vistazo al tu blog para ver que ciudades merecen la pena visitar ( Brasil incluido tio, come has dicho Fra antes, asì pienso que te conviene preparar las camas para los invitados, seremos muchos!) y para aprender un poco de portuguès!
un abrazo
fede
Hola Hugo,
ResponderEliminarmuchas gracias para tu bloc. Lo he leído con gran interés.En primer lugar, porque siempre he querido viajar a Estambul, y el fin de este año me finalmente iré.
En segundo lugar, porque mi nueva companera de piso es de Estambul, y siempre cuando hablamos de este cuidad, ella se pone los ojos brillantes y diges:"Estambul es mágico!!"
Así me enteré de que cuando leí el texto podía aprender sobre la historia de la ciudad.
Especialmente la historia del Imperio Otomano y Mustafá Kemal Ataturk a mí me gustó.
Ahora puedo empezar mi viaje con un poco de entrenamiento.
Además, me gusta tus fotos, porque estos crear alegría previa de viajar a Estambul.
Saludos, Ricarda
correctamente esta vez:Gracias por tu blog!!!!!
ResponderEliminarGracias a todos ... simplemente escribo lo que he visto y vivido en el extranjero. El viaje es una oportunidad única para aprender de otras culturas y, sobretodo para ejercer la humildad frente a las diferentes crencias y valores,
ResponderEliminarAgur!